Aprende a Re-Encontrarte con tu Niñ@ Interior
29.10.2015 11:23
Nos han hecho creer que crecer, convertirnos en adultos, es acumular años, vernos arrugas en nuestro rostro o conseguir cosas. Crecer es saber madurar con el tiempo conservando todo lo bueno de cada etapa vivida, de cada ciclo de nuestra existencia.
Generalmente, no maduramos con armonía y felicidad. Nuestro Yo adulto se siente triste, con muchas circunstancias por resolver que nos mantienen ahogados haciéndonos personas que hemos perdido la ilusión cotidiana por las cosas, por quienes les rodean y lo que es peor, por nosotros mismos.
Nuestro Niñ@ Interior dispone de valores que nosotros ya hemos perdido, y esto ha sucedido porque lo mantenemos muy escondido, pero aún así sigue siendo él quien nos permite en realidad cierto equilibrio entre la parte racional y esa otra más libre, pura e ilusionada, que sigue reclamando amor.
Nuestro Niñ@ Interior no se ha ido para darle paso al adulto serio que somos ahora. Él, aún reside en ti, aunque permanece la mayoría de las veces oculto y reprimido porque no nos podemos permitir dar salida a lo que fue, a lo que representa.
El niño interior demanda aspectos que no siempre sabemos escuchar:
-Nos pide que no le demos tanta importancia a las cosas, que relativicemos problemas, que nos quitemos ese caparazón de tristeza y que dibujemos un rostro alegre capaz de salir a pasear con libertad.
-Nos pide que lo queramos, que lo cuidemos. Nos demanda amor y que a su vez, seamos capaces de ofrecer amor. Desea ser abrazado, mimado, cuidado y convertido en el punto de atención de nuestra vida. Esto es ... la autoestima.
-En ocasiones, nos demanda que no seamos tan exigentes con nosotros mismos, nos pide que nos relajemos y que nos fijemos en las cosas sencillas que hay a nuestro alrededor, que valoremos lo básico, las alegrías. Nos pide que juguemos y que experimentemos. Sobre todo, que no perdamos la ilusión por la vida y por nosotros mismos. Quiere que seamos espontáneos, y que “nos atrevamos”.
No obstante también hay un aspecto vital que no podemos pasar por alto. Es posible que nuestra infancia no fuera precisamente feliz, que guardemos en nuestro interior demasiadas heridas, vacíos y lamentos, y que en realidad, jamás llegáramos a ser verdaderamente niños.
Puede que las circunstancias nos hayan obligado a crecer violentamente sin “disfrutar” de esas dimensiones que nutren a toda criatura: el amor, el reconocimiento, el vínculo emocional del cariño, del apoyo… Esto hace que crezcamos con inseguridades, con desconfianzas y con esos miedos que nos trasmite ese niño que nunca pudimos ser, esa figura lastimada que sigue albergada en nuestro interior.
El proceso de Encuentro con nuestro niño interior, se realiza en grupos. Allí los integrantes se conectan con el desarrollo evolutivo que cada uno vivió, para desde ahí sanar sus heridas emocionales. Las visualizaciones son uno de los recursos utilizados para conectarse con los recuerdos del ser. Indagamos además acerca de los mandatos familiares, las falsas creencias que sostienen las conductas, el crítico interior, el enojo. Durante las visualizaciones los recuerdos se imponen como flashes: cada uno observa la película de su vida que se le aparece como un sueño acompañado por las emociones y sentimientos que vivió entonces. La evocación del pasado a través de visualizaciones produce mucha movilización, ya que se revive el mismo desamparo sufrido en el pasado.
Una vez rastreadas las claves de nuestro pasado, se va produciendo un cambio interno que lleva a las personas a enfrentar la realidad de otra manera: empiezan a darse cuenta de la conexión de sus conductas presentes con las del pasado, la revelación de esto lo lleva a adquirir el derecho a elegir y plantearse nuevos objetivos.
Lo sorprendente de esta terapia es la rapidez y profundidad de los cambios, que procuran al paciente una nueva fuerza creativa, que los lleva a dejar de lado las mascaras encubridoras para enfrentarse al rostro original que representa metafóricamente el encuentro con lo mas autentico de nuestro ser.
Talleres
Esta sección está vacía.